9 mar 2012

Dos Almas//Humano


Humano

Otra vez, otra vez se quedó dormida con el lápiz en la mano…
Suspiré, mientras tomaba las hojas y los lápices regados por la habitación. Ella estaba sumergida en el más profundo de los sueños, sus manos de un tono blanco como la nieve estaban coloreadas de grafito y carboncillo, al igual que sus pálidas mejillas. Pero no por eso dejaba de ser hermosa, la rubia cabellera caía sobre sus hombros, ondulante y provocativamente…no obstante me reprimí de tocar su rostro durmiente al ver lo que dibujaba…
Un ángel de alas rotas…
―¿Por qué?― susurré en voz alta, sin querer.
¿Por qué nunca se podía sacar eso de la cabeza? Ya había pasado mucho tiempo desde aquello, pero siempre tenía que volver atrás cuando más creía haber avanzado…
―¿Eden?― dijo ella de forma imprevista con voz de sueño. Parecía incluso más pequeña con esa tonalidad
Forcé una sonrisa, al encontrarme con sus brillantes ojos azules. Al ver cómo estaba, me horroricé al instante, su cabello se oscurecía cada vez más.
―Gabrielle…―tartamudeé― Tienes que descansar un rato…
 Negó con la cabeza automáticamente y se puso de pie para afirmar lo que decía.
―Tengo que iniciar el ritual―sentenció. Su voz, aunque fina, sonó cortante.
Suspiré (algo muy común en mi…).
―Gabrielle…―me quejé, poniéndome de pie con ella. Quien era por mucho más bajita que yo, a pesar de no ser una niña, lucia exactamente como una. Sobre todo con ese tan visible puchero.
―Cállate Eden y camina, hoy seré rápida. No necesitas estar presente…simplemente ve a tu habitación y no me molestes más…
Suspiré (¿Ven como si es un rasgo común en mí?)
―Llámame si necesitas algo, Lu…―dije con intención. Ella me lanzó una mirada envenenada antes de marcharme…
Como no, esta noche estaba mucho más cansado que antes, por lo que caí rápidamente en un sueño profundo en cuanto mi cabeza tocó la almohada…

Me despertaron sus gritos.
…Otra vez…
Salí disparado a su habitación. Gabrielle se retorcía en la cama lanzando gritos a diestra y siniestra. Entorné los ojos, cerré la puerta tras de mí y esperé recostado de ella. Tenía que ser paciente, pronto acabaría…
Las venas de su cuello se mostraban latentes, sus manos y pies agarrotados arrastraban las sábanas de la cama, su cabeza comenzó a moverse de un lado al otro con rapidez…
Cerré los ojos en cuanto sus gritos finos se volvieron en rugidos entre dientes. A través de mis párpados veía la escena desarrollarse dentro de mi mente, como su cabello se tornaba del rubio platinado al negro azabache, como sus ojos pasaban del azul al granate…
―Eden…―llamó una voz madura, una voz de mujer. Poco a poco…abrí los ojos…
―Lucifer…―dije.
Sonrió, como siempre, su sonrisa me obligaba a imitar el gesto. Tan hermosa, tan natural, tan…prohibida…
―¿Eden, qué te ha hecho?― dijo, mientras se levantaba y me rodeaba con sus brazos,―¿Por qué…?
―Shh…Lu…―susurré mientras alzaba su rostro hacia el mío y apoyaba mis labios sobre los de ella.―Lucy…
―Eden…―sollozó, en cuanto volví a apoyar mis labios en los de ella.
No podía dejar pasar esta oportunidad…estar juntos esta noche… Para luego separarnos durante 30 días más…


Sentí como alguien me acariciaba la mejilla mientras me recuperaba de la gran faena de placer…
Lu, Lucy, Lucifer…ella era mi todo, mi vida y mi perdición. Pero jamás podría dejar de amarla, aunque eso significara perder a Gabrielle definitivamente…
Si, estaba enamorado de dos mujeres  condenadas a habitar en un mismo cuerpo, un mismo ser de almas distintas…Eso me había pasado por tentar a la suerte entre un conflicto ancestral, y de qué demonios tendría que culparme, sólo me había enamorado de la mujer equivocada en el momento equivocado…
Me dolía la cabeza el tan sólo pensar en todo lo que había pasado hace solo 3 años y medio (¿o había sido más?...). De cómo me había dejado tentar tontamente por un demonio aburrido, cómo había establecido un pacto con  ella…y cómo ella había decidido renunciar a todo por estar conmigo. ¿Y qué sucede? Pues interviene el Cielo y encomienda a un ángel para que la selle…en resumen, algo salió mal… (Todavía me pregunto el qué), y ahora ángel y demonio ocupan el mismo cuerpo.
Y si esto no les parece suficiente, el ángel fue mandado a la tierra para poner fin a la oleada de demonios que hondaba en este mundo post apocalíptico... ¡Oh! Sí. lo olvidé…al enamorarse  un demonio se quebró el orden de las cosas bla bla bla…y el mundo se volvió mierda. E insisto, ¡esto no es culpa mía! Si ser hombre es un pecado…entonces mátenme por eso…
―Tiene fiebre, Gabrielle.―escuché la voz de Lucy a través del repiqueteo de mis pensamientos― ¿qué demonios es lo que le has puesto a hacer?
La voz de Gabrielle casi ni se lograba escuchar.
―No le he puesto a hacer nada…es sólo que nunca duerme ¡por estar esperándote a ti!
―¡Esto no hubiera pasado sino hubieses interferido!―siseó Lucy. 
―¡tu…!
Me di la vuelta con dificultad y acaricié la mejilla de mi…esposa. (Sí, me casé con un demonio…creo que por eso fue el terremoto en la iglesia…).
―Eden…―suspiró (ahora van a ver lo mucho en que nos parecemos ella y yo)― ¿Por qué siempre insistes en adelantarte?
Me encogí de hombros.
―¿Inseguridad?―Sugerí.
―¿La amas más a ella que a mí?―preguntó con voz triste.
―No lo sé…―admití. Me sentí mareado, como era costumbre siempre que hacia la transición…
―¡¿No la habías completado?!―saltó Lucy, lo mismo me hubiera pegado una cachetada.― ¡¿Estás loco Eden?! ¡No puedes tener relaciones conmigo si aún no te has liberado de los lazos del ángel!
―Lo sé…―suspiré y me alcé para besarla.―Pero nunca me ha gustado tener que esperar, y lo sabes…estoy harto de todo esto… No quiero tener que ver su rostro otra vez, cada vez declino más…―La envolví en mis brazos― Tengo miedo de perderte…
Suspiró.
―No lo harás mientras sigas con esa determinación…―rió con tristeza.
Entorné los ojos. Ella no tenía ni idea, cada vez era peor, ese día incluso, había temido por Gabrielle. Por el ángel que apresaba a mi demonio, a mi esposa… A mi Lucy…  ¿en qué demonios estaba pensando? Conforme pasaban los días, si no lograba encontrar la forma de separarlas, tendría que arriesgarme a perder la poca esencia que quedaba de Lucy y quedar enfrascado en los encantos del ángel…
Parte Buena de la historia: eso restauraría el orden de las cosas y el mundo volvería a la normalidad (me imaginaba un campo verde con pájaros cantando y gente corriendo con grandes sonrisas en sus rostros…)
Parte Mala de la historia: que el mundo se fuera a la mierda, quería a Lucy. Eso era lo único que me importaba… si, era egoísta ¿y qué?

Tal como mis dos amores, yo mismo estaba dividido en personalidades distintas. El yo, de Gabrielle, a quien ella tenía a su servicio e intentaba controlar como fuese, y el yo de Lucy…mi verdadero yo, el humano cruel e insensible (características atribuidas por la gente…conózcanme mejor, soy mucho peor de lo que dicen…) enamorado profundamente de una mujer prohibida. 

No hay comentarios: