17 dic 2011

TBW Capitulo 13: Obstáculos


XIII


Obstáculos

Elly aún no podía creer lo que estaba sucediendo.

Ya no recordaba un solo día en que Aart y ella no estuviesen corriendo lejos de algún ser extraño que aparecía de la nada. Exprimía su cerebro con rotundidad buscando el día en que salieron de Londres…

…Todo había ido con total normalidad, ella y Aart habían desayunado juntos, tomado un baño y salido del apartamento con una expresión tranquila en sus facciones. En su cuello colgaba la pequeña esfera de oro, que contenía a Berith, atada a una delicada cadena del mismo material. Subieron a la camioneta, Aart la puso en marcha y…algo golpeó el techo con fuerza.

La niebla, común en Londres, había cerrado por completo su salida. Todo estaba teñido de blanco, EllyXzabeth se sentó en la ventana al tiempo que Aart aceleraba sin saber a dónde se dirigía, escupió el hechizo en dirección a la asquerosa criatura que daba fuertes golpes al techo de la camioneta y esta quedó sumida en cenizas en menos de un segundo tras soltar un chillido espantoso.

―¿Estás bien?― preguntó Aart una vez que Elly regresó al asiento de copiloto.

―Ni un rasguño― aseguró― ¿Sabes a dónde vas?

―No.

―Qué consuelo.―suspiró.

Aart puso los ojos en blanco al tiempo de que la niebla se esfumaba unos instantes. La expresión de ambos se horrorizó, el color huyó por completo de sus rostros.

―No…―dijeron al mismo tiempo.

―Da la vuelta― dijo Elly inmediatamente.

―No dará tiempo― dijo el chico negando con la cabeza― Has algún hechizo.

―¡¿Qué?¡ ¡No puedo hacer nada contra esas cosas! ¡Son demasiadas!

―¡¿No eres una bruja?! ¡Algo se te tiene que ocurrir!

―¡¿Y tú?! ¡Tú tienes mucho más poder que yo, Aart!

El chico tragó en seco. Sólo tenían unos segundos antes de enfrentarse a lo que habían visto.

―¿Sabes nadar, Elly?

―Me estas jodiendo…―lo miró unos instantes, seguía pálido― No me estas jodiendo ¿Verdad?...― él se encogió de hombros― ¡AART!

Algo golpeó el vidrio de la camioneta y la hizo girar en círculos.

Ese fue el primer impacto, sólo una leve advertencia.

Lo que habían visto, lo que tanto les preocupaba, es que la niebla los había arrastrado hacia otro lugar y se dirigían directamente a la punta de un enorme risco que dejaba con dificultad la vista al mar. Algo muy hermoso en verdad, claro, para quien le gusta un ambiente tétrico; teniendo en cuenta la gran cantidad de seres antropomorfos que los esperaba en el cielo y a los costados del estrecho camino de roca. Esos seres enormes batían sus alas con pereza, dejando que una especie de líquido espeso se esparciera por su alrededor pudriéndolo todo.

Dentro de la camioneta, que había dejado escapar uno de sus faros, estaban Aart y Elly inmóviles y jadeando. Se miraron unos instantes, aspirando una buena cantidad de aire. Por favor, pequeña, colabora…, pidió a la marca de su espalda, inocente de que ahora la poseía el chico a su lado…


Ж

No te desmayes, no te desmayes, no te desmayes…

Pensaba Aart una y otra vez al tiempo que le tendía rápidamente todas sus cosas a Elly y ella las colocaba dentro de una bolsa que se achicó hasta que se transformó en un pequeño dije que la bruja se colocó en el cuello junto a la pequeña bola de oro.

Quizás, debía haberlo pensado dos veces antes de quitarle la maldición a la bruja esa misma mañana; quizás si sólo no se hubiese dejado llevar por aquel inexplicable impulso, no estaría tan exhausto como ahora, quizás…

―Aart― llamó Elly― No nos darán más tiempo…


Ж

Aart volvió a tragar en seco, pero dejó escapar una sonrisa.

Se apearon de la camioneta al mismo tiempo, cada uno por su lado. Elly sintió el aire salado y dejó que el suave viento recorriese su rostro, al cabo de unos segundos sus ojos habían adquirido un tono plateado y su cabello ondeaba pausadamente a su alrededor, una ola de luz blanca recorrió su brazo Y descendió hasta el suelo como si fuese una larga serpiente.

―Espera…―susurró Aart, cuya respiración cada vez se volvía más pausada. La bruja observó de reojo como sus ojos se coloreaban de ámbar y sus pupilas se alargaban.

Los seres infernales se acercaban a ellos, sus rostros humanos parecían ansiosos. De sus bocas salían grandes cantidades de saliva que recorría sus cuerpos semiemplumados y repletos de oscuras venas que se levantaban debido a la tensión de sus músculos. Uno de ellos, inesperadamente, lanzó un chillido ensordecedor.

Las cosas se abalanzaron sobre Aart y Elly, esos atacaron de inmediato. Aart alzó la espada y las blandió contra los seres propulsándolos lejos, pero no servía de nada, se volteaban en el aire y volvían a atacar. El chico se esforzaba por lanzar hechizos rápidos con una mano mientras que con la otra hundía la espada en sus cuerpos putrefactos y la sacaba con dificultad debido a la gran viscosidad que colgaba de ella en largos y finos hilos.

EllyXzabeth en cambio, no era tan “profesional” agitaba la serpiente de su brazo con agilidad, envolviendo a todos los seres que podía y los destrozaba en el aire, las partes de sus cuerpos despedían una gran cantidad de líquido negruzco al caer al suelo pedregoso salpicando todo a su paso. Continuaba agitando la serpiente tratando de abrir un camino entre aquellos seres y el precipicio, pero era una tarea muy dura de llevar a cabo, ya que los seres se esforzaban por duplicarse.

―¡DEMONIOS, ELLY!― gritó Aart al tiempo que empalaba a dos de los seres que lo atacaban y otro se abalanzaba sobre él tratando de arrancarle el hombro con los dientes.― ¡AHG!―rugió en cuanto le dio una cabezada al molesto demonio y este le quitaba una buena cantidad de piel― ¡UTILIZA LAS DOS MANOS!

―Pero…―dudó preocupada de que la marca se extendiera otra vez.

―¡CONFÍA EN MI ELLY!― gritó Aart esquivando a una de las cosas y aplastando su cabeza con el pie― ¡NO TE PASARÁ NADA! ¡LO PROMETO! ¡AHG! ¡SUELTAME, DEMONIOS!― rujió en cuanto uno de ellos le agarró la pierna, lo pateó con audacia y clavó la espada en su sien.

Miró a Elly, sus ojos, ahora verdes, parecían cansados pero al mismo tiempo pedían a gritos que confiara en él. Ella suspiró y extendió el hechizo un poco más, hacia su otra mano, solo que esta vez se enrolló alrededor de su antebrazo la cola de una gigantesca salamandra de fuego brillante, rápidamente, con un solo movimiento audaz Elly abrió un túnel de fuego puro por entre los demonios …

…Algo haló su brazo, empujándola a través del túnel, la envolvió en sus brazos y  la obligó a saltar al precipicio…

Sintió el impacto del agua helada después de estar unos minutos en el aire, asimilando lo sucedido. Una vez que logró salir a la superficie, se encontró con los ojos verdes de Aart que la observaban impacientes, un minuto después una ola los azotó, el Aker la sostuvo con fuerza y al tiempo que la sumergía. Trató de ayudarlo a acercarse a una roca, pero el frío contrajo sus extremidades, él, con una extraña habilidad, logró sostenerse de la roca y salió a la superficie con dificultad, sin dejar de sostener a Elly.

La subió a la roca con él. Ambos temblaban.

―¿Estás bien?― preguntó el chico observándola de arriba abajo― Estas sangrando…―susurró tocando su hombro con delicadeza.

―N…n…no es nada― jadeó a modo de respuesta― Tu…

―Estoy bien. Ya han comenzado a sanar…― dijo con confianza enseñándole su brazo que no tenía más que un rasguño pero la camisa estaba destrozada; además, parecía bastante cansado― Ven acá…estás temblando demasiado.

La envolvió con sus brazos, la diferencia de temperaturas la abrumó. Elly se sentía contraída, incapaz de moverse debido al potente frío que calaba sus huesos, mientras que Aart había recuperado por completo su temperatura normal y dejaba de temblar poco a poco.

―¿N…n…no nos se…s...seguirán?― preguntó la bruja, incapaz de controlar el temblor de sus labios.

―No.―aseguró Aart― Le temen al agua…―miró a Elly quien lo observaba con preocupación― Estoy bien, tonta― sonrió con confianza― Estoy acostumbrado a estas cosas.― se aferró a él aún más, escuchando los latidos de su corazón, estaba bastante acelerado― Ven, intenta levantarte…debemos salir de aquí.

Aart acarició el brazo de Elly con fuerza, tratando de hacerla entrar en calor. Saltaron, con mucha dificultad debido a la proximidad de sus cuerpos, hacia una especie de cueva fría.

―Seguimos en Inglaterra…―susurró Aart, mientras apretujaba aún más a Elly― Tenemos que encontrar una forma de salir de aquí…

―Entiendo.― suspiró separándose de él― Quizás… sé una― miró de reojo su brazo antes de seguir― ¿Lo sanaste?― él se encogió de hombros, recostándose de la pared de roca― ¿Aart? ¿Estás bien?― tocó su rostro con preocupación, pero él no hizo más que reírse.

―Sí, sí…―suspiró entre risas― Ya sácanos de aquí…

Elly se lamió los labios, renuente.

―Necesito tu ayuda, Aart. Es de transporte…―miró el agua.

El chico lo pensó unos instantes antes de negar con la cabeza.

―Busquemos un lugar para dormir…―Elly lo observó con los ojos como platos.― Estoy bien, pero…―divagó.―  Tengo que aclarar unas cosas antes… además de descansar un rato…

Elly comprendió que Aart trataba de restarle importancia al asunto y la verdad es que parecía bastante fuerte. Pero sus ojos se veían algo cansados, no entendía el por qué ya que Aart parecía tener mucha más resistencia y experiencia que Elly; quien estaba imposibilitada debido a la marca en su espalda.

Al cabo de un rato siguieron hasta el fondo de la cueva, más allá había una especie de playa; pero la humedad hacía que todo se viese gris y turbio. Elly hizo un hechizo sencillo y una pequeña cabaña de madera de una sola habitación  sumamente humilde apareció en medio de aquel terreno arenoso.

Aart no le dio tiempo a Elly de dar explicaciones, entró a la cabaña y se acurrucó en la cama, la bruja lo observó dudosa y visiblemente preocupada. Al final se arrodilló junto a él, observándolo detalladamente mientras cerraba los ojos; parecía luchar contra el sueño, así que comenzó a acariciar su cabello húmedo con dulzura hasta que se sumió en un sueño profundo y calmado.






Elly recordaba lo sucedido aquella vez, aún incrédula. Mientras acariciaba el cabello de Aart quien dormía sobre su pecho tranquilamente.

Hacía ya un mes desde el día en que comenzaron el escape constante, no habían logrado salir de Inglaterra aún, la  niebla los había arrastrado a una zona sellada por alguien bastante habilidoso. Tuvieron que caminar por días hasta que consiguieron un tren que los llevaría hacia otro puerto…al lado opuesto del país. En ese momento se encontraban en un motel a un kilómetro del barco que los llevaría a España.

Los dos se reprochaban desmedidamente la imposibilidad de viajar en un avión de primera clase o incluso hacer un tour en Ferri...Pero eso era una especie de imán para aquellos seres horripilantes y peligrosos. La prueba de ello eran los rasguños en los brazos de Elly y las innumerables cicatrices en el cuerpo de Aart…

…Quien se revolvió y se levantó con lentitud, con una sonrisa molesta y sarcástica en el rostro.

―¿Ya te sientes mejor?― preguntó Elly delineando la cicatriz en el cuello del chico, quien ponía los ojos en blanco y se inclinaba para besar el cuello de la bruja.

―Si quieres te lo demuestro, cariño…

Elly se echó a reír.

― ¡ey! ¡Es en serio, Aart! ¡Quita la mano de ahí!

El chico suspiró.

― ¿No has aprendido aún?― sus ojos verdes parecían acusadores― Estas cosas no duelen.― Señaló las líneas rojas de su cuello― Y sanan muy rápido, además no estaba cansado…Sabes que odio caminar.

Hizo un puchero al que Elly correspondió con una sonrisa. Aart, desde aquella vez, no se había mostrado ni cansado, ni débil, ni tan dudoso al enfrentarse a esas cosas. Al contrario, siempre era muy diestro, podría acabar con diez de ellos con facilidad sin que Elly moviese un solo músculo, por un tiempo, la bruja pensó que era por haber hecho el amor el día anterior, pero no; hasta tenía mejor disposición cuando se acostaban recientemente. La bruja no concebía el hecho de haber observado tal flaqueo…

…Pero no podía seguir hundida en sus pensamientos, teniendo en cuenta de que aquel chico le estaba quitando la ropa interior…


Elly observaba su espalda cada mañana, la marca seguía allí. Pero por alguna razón había perdido algo de color, no obstante, Aart no hacía ningún comentario al respecto y no le daba mucha importancia; habían conseguido enseñarse diversos trucos mutuamente, así como ejercer un control absoluto sobre Berith quien seguía sellada dentro de la esfera. 

Salieron del motel, escabulléndose, como siempre.

―Vamos, no mires atrás.―susurró Elly arrastrando a Aart.

―Los viste ¿no es así?―dijo con un ápice de seriedad en la voz.

―Los sentí…Son de los tuyos ¿cierto?

―Hacer el hechizo ahora es muy peligroso.― aseguró, parecía leer la mente de Elly.

―Pero no llegaremos una vez que me huelan.

Lo pensó unos instantes.

―Está bien…―suspiró.

La bruja atrajo al Aker hacia sí y se concentró, no había la palabras claves para ese hechizo. Pero necesitaba mucha energía y trabajo en equipo. Sólo una visualización: el barco hacia España…

…Una ráfaga de viento los rodeó con suspicacia, pero sólo duró unos segundos, sus pies se levantaron del suelo, sus cuerpos se unieron en un remolino difuso de color blanco. Se oyó un rugido y un gemido de dolor…

Ambos se encontraban en el suelo de un camarote, el golpe hacía que sus oídos zumbaran con intensidad.

―El peor transporte de la semana.―se quejó Aart levantándose, en su brazo había un gran raspón color rojo.

―No lo puedo negar…―suspiró Elly quien tenía un raspón parecido en el hombro.

El barco ya estaba en marcha, dejaban atrás a Londres y a todos los peligros que no tardarían demasiado en seguirlos. Con un suspiro, Aart se acercó a la cama y se sentó; Elly se mantuvo de pie con los brazos cruzados.

―Te dije que tarde o temprano nos encontrarían― dijo Aart.― Aunque sea, aquí estamos a salvo…o eso espero.

―No podremos quedarnos en España por mucho…

―Por supuesto que no…Pero tenemos que averiguar muchas cosas…

― ¿Qué tienes en mente?

Frandfort, hay una zona llena de…

―Convictos, condenados y traidores― Elly aspiró una buena cantidad de aire― Sí, podríamos esconderlos. Pero, Aart, entiende que el asilo es esencial.

―Ya te lo dije, además de ti…

―No piensas relacionarte con otra bruja, lo sé, lo sé… Pero no digo que busquemos asilo con ellas, existen muchas que nos traicionarían. ¿No conoces a nadie…?

―La verdad es que no.― suspiró pasándose una mano por el cabello― Pero si amenazamos a alguien o nos hacemos pasar por simples visitas…

Elly tragó en seco.

―Nos han contado historias de ese lugar.― la chica palideció mientras hablaba.

―Hey… No te preocupes.― el tono comprensivo de Aart, de alguna forma, no lograba tranquilizar a Elly, no sin antes…―Ven acá.

El Aker se levantó y la envolvió en sus brazos; haciendo que la confianza y un calor indescriptible recorriera su cuerpo. Alzó la vista para ver los ojos de Aart, sus preciosas esmeraldas verdes sonreían a pesar de la seriedad expresada en sus labios, la bruja se alzó para apoyar por unos segundos sus labios sobre los de él. Salieron de su camarote para caminar un rato por el barco, tal tranquilidad sólo podría pagarse con todos los encuentros inoportunos que les esperaba en España…


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