24 abr 2011

TBW Capitulo 5: Ataque Inicial


V
Ataque inicial

Amanda estaba sentada en la enfermería a solas. Su rostro parecía más cansado de lo habitual, las líneas de expresión se veían más marcadas que nunca antes, así como sus arrugas, incluso su cabello parecía haber envejecido mucho más que hacía sólo media hora. Nunca antes sus 65 primaveras le habían pesado tanto.
                                    
La razón de su cansancio se encontraba a miles de quilómetros de allí, el hilo de su longeva vida estaba colgando de unas manos pulcras, de uñas largas y dedos delgados. Fácilmente confundibles con las manos de una niña pequeña…Enio reía mientras tomaba el hilo y lo ataba unas cuantas veces…

….Al mismo tiempo, Amanda tosió y tosió conforme la niña anudaba. Hasta que esta última tensó el hilo entre sus pequeños puños, y se dirigió a la hebra brillante con voz siniestra:

-Amanda….


Amanda yacía en el suelo tosiendo y tratando de quitarse un collar invisible del cuello, se sentía ahogada y no sabía que hacer…cuando escuchó la voz desde lo profundo de la habitación repleta de cortinas blancas que se movían con una lentitud espectral…

-Amanda…-repitió la voz.-No quieres morir aquí… ¿Verdad Amanda?

La mujer, desesperada y ahogada negó con la cabeza. Se escuchó una risita en toda la enfermería, impropia dada dureza de la voz. Amanda, muerta de miedo y presa del gran ahogo comenzó a temblar y ver hacia los lados. La risa se volvió un eco difuso, la gran habitación empezó a oscurecerse, las sábanas se movieron incesantes, como si bailaran al ritmo de la risa. La mujer, aterrada, empezó a sollozar y a rezar como nunca antes lo había hecho…

Cuando todo paró. El ahogo desapareció y la habitación volvió a iluminarse por completo. Amanda, con la mirada desorbitada, vio como una especie de papeleta caía justo a sus rodillas, las lágrimas no paraban de caer de sus arrugadas mejillas…

-Dáselo….-le susurró una voz al oído. Sintió como si alguien la tomaba por los hombros a pesar de encontrarse completamente sola, incluso sintió el pesado aliento de la persona cuando pronunció las palabras:- Él volverá pronto, cuando lo haga…dale esto…-sintió como una mano se posaba sobre la papeleta en sus rodillas- no lo olvides…si no quieres morir aún…mucho menos así…

Las imágenes de ella misma acudieron la mente de Amanda, las imágenes de una mujer mayor con la mandíbula destrozada, los ojos fuera de sus cuencas y la cara vuelta hacia atrás en un espantoso lamento…


Cuando volvió a la realidad, Amanda seguía arrodillada en el suelo. Temblaba, sudaba y lloraba sin control. Rezó una vez más…a pesar de todo, porque el chico jamás volviera a ese lugar.


La bruja salió de la enfermería después de haber descansado lo suficiente. Llamó a su diablesa una vez que la anciana enfermera le firmara la hoja de retiro, no tenía muy buen aspecto que digamos. Tampoco se sentía muy bien, vale acotar…

-Berith- se quejó Elly una vez que entró en el automóvil.- No puedo seguir yendo a ese lugar…

-Lo siento, ElyXzabeth. Pero no puedo hacer nada…

-¡¿Bromeas?! Estuvieron a punto de matar…-a Elly se le desvió la idea unos instantes, luego prosiguió apresuradamente- ¡de matarme! Colocaron todo a la perfección…no van a descansar hasta verme sellada y…

-Elly, ¡no puedo hacer nada! Borraste la memoria de todos, tu marca se extendió y usaste magia…-enumeró Berith hiperventilando.- No verán nada más que esto en un juicio…

-¡Fue en defensa propia!- terció Elly, histérica.

-¡¿Y CÓMO PIENSAS PROBARLO?! ¡NO HAY ABSOLUTAMENTE NADA QUE PUEDA HACER! ¡ES TU CULPA POR SIEMPRE ESCAPARTE…!

Elly suspiró y se quedó observando la ventana aguantando las lágrimas por unos minutos.

-Berith…-susurró con una voz oscura e intimidante- Si hubiese una persona…solo una… 

-¿Que recordara todo?- preguntó Berith con suavidad- De verdad…no la pasaste bien hoy…-la condesa suspiró, condescendiente-  ¿Tanto quieres irte de ese lugar? Fue solo tu primer día, Elly…

-¿No…me crees, Berith?- Elly puso los ojos como platos- Tu misma rompiste la barrera…

-¿De qué estás hablando? Yo no había hecho nada…tú sólo me llamaste y ya…

Elly comprendió todo al instante. Eso le había pasado por utilizar sus poderes de aquella forma, la marca de su espalda se acabaría de formar si seguía actuando tan precipitadamente…Por fin, dolida y abatida, comprendió que no le quedaba más remedio que estancarse en ese lugar. Ya había huido demasiado, no le permitirían trasladarse a menos que se resignara a pasar los años que le quedaban en prisión…

Cuando llegaron al apartamento, Elly  se dirigió rápidamente al baño. Poco a poco, perdía la palidez adquirida luego de hacer el hechizo, el chico poseído estaba bien y eso, en parte, la tranquilizaba. No obstante, con su reflejo tenía un asunto pendiente…

Abrió el grifo de la bañera al mismo tiempo que la ducha. El agua helada comenzó a salir a borbotones por ambos objetos brillantes…La bruja colocó su mano sobre el agua helada, y comenzó a moverla suavemente, provocando una línea ondulante, con forma de serpiente. Poco a poco, el agua se tornó de un blanco brillante en la superficie, repleto de helada escarcha. El aliento de la mujer se lograba ver salir de sus labios en forma de un humo blanco y desigual.  Se arrancó el uniforme escolar con un movimiento rápido, lleno de rabia,  y sumergió su cuerpo desnudo en el agua congelada…

Su respiración se aceleró, el potente frío reprimió sus extremidades, su cuerpo entero se estremeció. Comenzó a temblar incesantemente, el aliento salía de sus labios con una rapidez abrumante, su piel adquirió una textura áspera…

-Cambia…-dijo con voz trémula.

Empezó a balancearse hacia adelante y hacia atrás con rapidez, al tiempo en que su cuerpo se contraía por los fuertes temblores, su largo cabello negro no lograba abrigarla lo suficiente, menos aun cuando decidió sumergirse por completo. Una vez que salió del agua, temblaba con más fiereza, sus labios adquirieron una tonalidad amoratada…

-Cambia…-repitió inclinando la cara hacia adelante, el cabello se le colocó frente a los ojos. No dejaba de balancearse como de temblar…

Su mente divagó hacia la gran controversia de aquella tarde…Odiaba esa apariencia, pero el Niño de Ojos Verdes la había visto…rondaba su mente una y otra vez…

Solo de esta manera podría poner su mente en blanco, ElyXzabeth sufría, se torturaba con dureza. Cada espasmo de su cuerpo le dolía, ya no sentía sus manos a pesar de estar apretándolas fuertemente contra sus brazos y su piel erizada le dolía en toda su extensión. Pero tendría que aguantarlo, ya que esa era la única forma de sacarse a ese humano de la mente, la única forma de deshacerse de ese horrible rostro…

-Cambia…Cambia…Cambia….

Su cuerpo comenzó a perder todo signo de frialdad, a su alrededor, el hielo comenzó a derretirse. Su piel adquirió un tono menos abrumante, la bruja comenzó a sudar. No dejada de repetir la misma palabra, ni de balancearse. El sudor le resbalaba por las sienes, como si todo eso representase para ella un esfuerzo físico mayor al de repetir incesantemente una sola palabra.

Poco a poco, el sudor transparente adquirió una tonalidad rojiza. Sangre. El tinte color carmesí se comenzó a extender por la bañera, tiñéndola por completo. Elly contrajo la expresión, desesperada…

-¡Cambia! ¡Cambia! ¡Cambia!- comenzó a gritar.

-¡Elly!- exclamó Berith desde la puerta- ¡¿qué demonios estás haciendo?!

Elly no se había dado cuenta de que hasta ahora había tenido los ojos cerrados… en cuanto los abrió, vio como el agua se levantaba en espirales a su alrededor. No había cerrado la ducha ni el grifo, por lo que todo estaba inundado y Berith observaba desde la puerta con los ojos como platos.

-Elly…-susurró con voz rota.- ¿qué te sucede?

-Dime…por favor…que he cambiado…-rugió Elly entre dientes.- Mi rostro…

La diablesa negó despacio con la cabeza. Elly comenzó a llorar de rabia profunda y descontrolada.

-Berith…te lo suplico, no me hagas volver allá…

La diablesa se acercó a la bruja despacio y le acarició la espalda húmeda con suavidad. Su suspiro y su mutismo no formaron un consuelo para Elly, al contrario, esta sintió como si firmaran su sentencia de muerte…




            Ж

Aart estaba más distraído que nunca. No enfocaba bien a lo que le decían, no prestaba la mínima atención a nada, siquiera sus pensamientos. Todo, para él estaba hecho un revoltijo: la chica, la explosión, que todo se haya resumido en nada, incluso el hecho de que se haya desmayado….pero nada de eso era lo que más lo traía distraído, no, era el hecho de no haber podido leer el nombre de la chica en el cuaderno.  Su vista simplemente se nubló, como si una línea negra lo ocultara especialmente de su visión…simplemente nada.

-¿Aart? ¡Oye! ¡Baja a la tierra!-Hefestio sacudió su hombro con violencia.

-Um….-murmuró Aart como si estuviese despertando de un largo sueño.

-¡¿Qué demonios es lo que te pasa?¡ ¡sólo llevamos medio día aquí!- dijo con furia.

-Hefestio quiero irme de este lugar- dijo Aart, para sorpresa de él mismo- Tengo un muy mal presentimiento…

-Siempre tienes malos presentimientos- bufó el interpelado- ¡No creas que vas a salirte con la tuya!

-Hef, esta vez es en serio…- dijo el Aker de ojos verdes, sus ojos relampaguearon, afirmándolo – Te juro por mi padre…que no miento…

Hefestio miró a Aart por unos instantes, impasivo. Pero vio la honestidad oculta en el rostro de su hermano, al final suspiró.

-No puedo hacer nada, Aart. Si no te hubieses escapado de todos los anteriores…

-Genial, “Pedro y el Lobo”. Valla qué ironía…-suspiró con fuerza- Pero créeme Hef… Estoy seguro que algo pasa aquí…algo se desarrolla y tú no te das cuenta de ello.-rugió dando cerrada la conversación dándose la vuelta- Vamos a casa.

Hefestio suspiró y siguió a su hermano con paso lento, justo cuando un extraño escalofrío recorría su espalda. A su mente acudieron las palabras de su hermano, y desechó el hecho de dudar de él. Algo sucedía, no sabía muy bien el qué…pero al mismo tiempo pensó que no tenía nada que ver con ellos, o al menos creía firmantemente  en eso…craso error.

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